Si te gusta el trekking, Landmannalaugar te desvelará colores increíbles y paisajes improvisados que se despliegan a través del macizo del Fjallabak, donde se recrean las diferentes etapas. En definitiva te enamorará con su naturaleza tan excitante. Por algo la consideran una de las rutas a pie mas bellas del mundo que refuerza la realidad y los contrastes naturales de Islandia. Acompáñame a descubrir esta travesía por medio de mi experiencia.

Primer día. Llegada a Keflavik.
El vuelo desde Madrid llegó de madrugada, con la espera de las maletas y el traslado al Hostel, yo particularmente no dormí nada. Aproveché para darme una buena ducha y organizar la mochila. Si vais en agosto, os recomiendo contemplar el amanecer, dura bastante y es todo un espectáculo de color.

Segundo día. Landmannalaugar- Hraftinnusker.
El trekking se podía realizar por libre o organizado con un guía de habla hispana. Esta segunda opción garantizaba tener plaza en cada uno de los refugios y cena caliente sin tener que cargar aún más la mochila. Ahora bien, a nuestro paso encontramos unos cuantos valientes y grandes aventureros que lo hacían en solitario.
El trayecto en autobús desde Reikiavik hasta el refugio de Landmannalaugar duró unas tres horas. Una vez allí, antes de que comenzáramos nuestra andanza, no podíamos perdernos el baño en el río de agua termal rodeados de la magia que desprende el entorno. Fue muy agradable y relajante disfrutar durante unos minutos de ese ambiente antes del almuerzo.
El sendero en Landmannalaugar nos abrió la puerta a una profusión de tonalidades y a las afamadas Tierras Altas Islandesas. Durante esta primera etapa atravesamos campos de lava, colinas de riolita, restos de obsidiana, fumarolas y nieves perpetuas. Una vez finalizado el recorrido, pasamos la noche en el refugio de Hraftinnusker.
Datos aproximados:
Desnivel acumulado positivo: 600 m
Desnivel acumulado negativo: 200 m
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Tercer día. Hraftinnusker – Álftavatn
La ruta dio comienzo sobre las 10:00 de la mañana con mucha energía geotérmica en un ambiente de gran belleza y atractivos colores. Pateamos aproximadamente 12 km rodeando los glaciares Mýrdallsjokull y Eyjafjalajokull en dirección al lago de Álftavatn para encontrar en el camino: arroyos, neveros, verdes praderas y profundos valles. Almorzamos en un bucólico mirador con vistas al lago y al final de la jornada vadeamos por primera vez un río de agua helada y para llegar a nuestro destino, el refugio Álftavatn, donde cenamos y pasamos la noche a 540 metros de altitud.
Datos aproximados:
Desnivel acumulado positivo: 150 m
Desnivel acumulado negativo: 490 m

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Cuarto día. Álftavatn – Emstrur (Botnar).
Nos despedimos del inspirador Alftavatn y continuamos dirección sur para penetrar el Maelifellssandur, un insólito desierto de arena negra y lava. En el margen izquierdo, vigilante, seguía nuestros pasos sosegados el inquietante glaciar Entujokull, mientras delante, sobre un curioso verde flúor asomaba el carismático monte Storasula (900m). Reanudamos estupefactos y bordeamos la impresionante estampa del volcán Hattafell, que nos agasajó con su elegancia durante buena parte del recorrido, y donde la probabilidad de que algunas criaturas mágicas nos estuviera observando camufladas con los sonidos del paisaje, era cada vez más evidente.
Antes de llegar a Emstrur existe la posibilidad de rematar esta jornada de aproximadamente 15 km, con una visita al cañón Markarflótgljúr que se encuentra muy cerca del refugio.
Datos aproximados:
Desnivel acumulado positivo: 200 m
Desnivel acumulado negativo: 40 m

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Quinto día. Emstrur (Botnar) – Thorsmork (Þórsmörk).
Dejamos atrás el refugio de Botnar para seguir disfrutando de las Tierras de Emstrur. Iniciamos el camino atravesando un ajustado puente ubicado entre dos paredes sobre el río Emstruá, fruto del deshielo del glaciar Entujokull.
A lo largo de los 18 km de la jornada, el recóndito desierto de arena negra fue dando paso al inmenso verde del valle de Thorsmork, situado entre glaciares y denominado así por Thor, el dios del trueno en la mitología nórdica. Pudimos apreciar las lenguas glaciares mientras descendíamos hasta el fascinante valle de Thorsmork y así pasar noche en el refugio.
Datos aproximados:
Desnivel acumulado positivo: 150 m
Desnivel acumulado negativo: 300 m

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Sexto día. Thorsmork(Þórsmörk) – Fimmvorduháls.
De todas las etapas, esta fase fue para mi la más vulnerable por ser la más montañosa con gran desnivel acumulado positivo en poca distancia y por el peso de la mochila. Sin embargo, la recompensa fue grandiosa por el valor geológico del paisaje.
Nuestra meta era llegar al inaccesible refugio de Fimmvorduháls, así que nos dirigimos hacia el sur durante unos 13 km, por sendas ascendentes, colinas verdes y pendientes pronunciadas. Transitamos sobre nieve y por los nuevos campos de lava que se formaron durante la erupción en 2010 del volcán Eyjafjallajökull, que se encuentra situado bajo el glaciar que lleva su mismo nombre.
Avanzamos en algunos tramos por rigurosos senderos hasta el desfiladero de Fimmvorduháls donde presenciamos el duelo entre los glaciares Mýrdallsjokull y Eyjafjallajokull y alcanzamos a ver por primera vez el gran océano Atlántico.
Datos aproximados:
Desnivel acumulado positivo: 1000 m
Desnivel acumulado negativo: 150 m

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Séptimo día. Fimmvorduháls – Skógar.
Sobre las 9:00 de la mañana partimos de Fimmvorduháls y fuimos descendiendo 14 km por el curso del Río Skógar entre una veintena de idílicas y acaudaladas cascadas. El día nos dedico más de un arcoíris hasta el fin de nuestra última jornada de trekking. Y tras bajar unas interminables escaleras, la famosa Skógafoss puso el broche de oro a este extraordinario viaje repleto de aventuras.
Tras un delicioso almuerzo, Islandia no quería dejar de sorprendernos y como algo excepcional, de camino a Reykjavík enlazamos con otra cascada de gran belleza, la romántica Seljalandsfoss.
Unas horas más tarde llegábamos a la capital islandesa, para saborear por nuestra cuenta la gastronomía local con una cena deliciosa y recrearnos con el buen ambiente que se respira en esta animada y amable ciudad, durante los fines de semana.
Datos aproximados de la ruta:
Desnivel acumulado negativo: 1000 m

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Octavo día: Mañana de paseo por Reikiavik y regreso a España.
Mañana libre en Reykiavík que aprovechamos para callejear y ver algunos puntos de interés como la calle Laugavegur, la famosa iglesia Hallgrímskirkja con forma de cascada, la zona del puerto, el edificio Harpa Concert Hall y la escultura del barco vikingo, el Viajero del Sol (Solfar). Aunque es una ciudad pequeña, se quedaron muchas cosas por ver, y eso es buena señal, porque siempre es un excelente pretexto para volver.

Islandia propone una gran variedad de rutas de trekking como otras alternativas de viaje. Será muy agradable volver algún día.
Al final de cada etapa, haz click para ver un resumen más detallado de cada jornada.