Ayen tuvimos una nueva jornada de senderismo para conectar con la naturaleza y conocer nuevos rincones de esta maravillosa y fotogénica isla. La ruta se inició en el Parador Nacional de la Cruz de Tejeda y la jornada se mostró soleada y muy agradable,
El sendero empezó con un ascenso entre pinares de unos dos kilómetros con unas maravillosas vistas de la exuberante cuenca de Tejeda, en la que el Roque Nublo y el Roque Bentaiga nos hechizaron una vez más con su elegante presencia despojados de adornos y otorgando al paisaje una extraña belleza.
Disfrutamos de las vistas de La Aldea y nos sumergimos en Los Moriscos donde dio comienzo la parte de descenso.
El recorrido fue verdaderamente interesante y enmudecimos ante el estampado de colores otoñales y un despejado cielo azul que invitaba a camuflarnos en el ambiente lleno de texturas.
La vista fue tan generosa que nos ofreció una panorámica de la capital de la isla.
El día soleado presentaba más intensas las tonalidades del otoño: naranjas, ocres, verdes y violetas impregnaban el entorno otorgándole una explosión de matices.
Una vez más, la mirada quedaba embebida con un Montañón Negro dominante que dejabajamos atrás por el margen izquierdo del sendero.
El viento apenas suspiraba y el aire era templado por una ruta entre castaños, hojas caducas, musgo y liquen que adornaba los árboles de forma llamativa, lejos del mundanal ruido.
Nos introducimos en los dominios de Las Heredades de Firgas y Arucas antes de descubrir uno de los rincones más bellos de la isla de Gran Canaria, al menos que yo haya visto hasta ahora.
En el agua flotaban las hojas. Avanzábamos hacia el Caidero de Navarro, un precioso enclave donde aprovecharíamos para almorzar hechizados por un verde penetrante, profundo. Durante unos instantes, guardamos silencio para sentir la música de la naturaleza y así lograr una armonía interna.
Poco faltaba para el final de la escena, no sin antes poner la guinda al pastel caminando por el borde de una acequia.
Tras caminar durante varias horas, llegábamos al final del recorrido, Valsendero, uno de los barrios más alejados y expresivos del municipio de Valleseco.
Extraordinaria jornada que estuvo repleta de dinamismo y descubrimientos gracias a Javi C. Y gracias a Melania por su fabulosa sesión de yoga en la Plaza De la Iglesia, donde el humor quiso estar presente.
Mar Vera Bello
Preciosas fotos Belen y excelente redaccion.
Bmartinma
Gracias Mar por tus comentarios. Besos