Primer ascenso al Teide (3.718m) por Montaña Blanca y descenso en Teleférico.

“No estoy muerto, solo paso mucho tiempo dormido”. Guayota. Para los que no le conozcan, Guayota era el nombre mitológico que le dieron los guanches al demonio que vive en el Teide.

IMG_6541

Hace dos semanas nos fuimos a la isla de Tenerife para subir al Teide, el pico más alto de España, con 3.718 m de altitud. Para aclimatarnos, pasamos la primera noche en el Parque Nacional del Teide, a 2.300 m de altitud. Llegamos a la hora del atardecer, así que pudimos disfrutar de las luces del ocaso, un cielo limpio y las hermosas y caprichosas siluetas de este paraje lunar tan sobrecogedor.

IMG_6542

La mañana siguiente se presentaba radiante a la vez que excitante. Aparcamos el coche en el parking del Teleférico y a eso del mediodía, empezamos la ruta a pie por la carretera hasta el sendero 39, que conecta con el de Montaña Blanca.

IMG_6588

El aliciente paisajístico que produce la lava petrificada tiene cierto misterio. Nos encontrábamos en las cañadas, en la base de Montaña Blanca, en los dominios de un imponente volcán, en las faldas del Teide.

IMG_6589

El trayecto inicial discurre en un ascenso suave y tranquilo, un paseo entre depósitos de piedra pómez, un claro ejemplo de vulcanismo explosivo

IMG_6598

La panorámica era impresionante y la subida continuaba por el amplio sendero  muy bien preservado, a un ritmo cómodo y sin dificultad.

IMG_6599
Sendero Montaña Blanca 

IMG_6605

Poco después comenzábamos a encontrar a nuestro paso los famosos “Huevos del Teide”, unas inmensas bolas negras de lava solidificada.

PHOTO-2018-10-29-09-55-09.jpg

El nombre científico de este fenómeno es el de bolas de acreción, debido a que se forman cuando la lava fluye por un desnivel muy acusado y los fragmentos ya solidificados ruedan y van apilando capas de lava como si fueran bolas de nieve.

IMG_6612

Nos encontrábamos ya a unos 2.800 m de altitud. Cerca de estar enormes bolas crece una diminuta violeta. Es tan escasa, que no vimos ninguna.

En la siguiente imagen podréis apreciar la Montaña Blanca, un hermoso cono volcánico que da una nota de color a un paisaje tan desolado.

IMG_6640

Seguímos serpenteando por el sendero ya muy cerca del refugio. El esfuerzo en la subida era mayor aunque no presentábamos molestias, ni síntomas de mal de altura.

A las 18:30 llegábamos al Refugio de Altavista, a 3.270 m de altitud. Se trata de un edificio bien cuidado y con encanto cuya capacidad es para unas 60 personas. Los baños de hombres y mujeres son independiente pero no tienen duchas. La cocina es pequeñita pero cuenta con utensilios, vitrocerámica y microondas para poder cenar algo caliente en el comedor.

IMG_1901

En lo que respecta a las habitaciones, están muy cuidadas. Al llegar te dan unas fundas para la almohada y colchón que después tendrás que llevarte porque en el refugio no se puede dejar basura. Además disponen de edredones limpios. No obstante yo me llevé una sábana saco de algodón y así sentirme más cómoda. A las diez de la noche ya no se podía hacer ruido, así que todo el mundo a dormir para el gran madrugón que esperaba al día siguiente e intentar llegar al pico a la hora del amanecer.

IMG_6647
Mar de nubes desde el Refugio de Altavista.

Salimos la madrugada del domingo al las 5:15 de la mañana con unas condiciones meteorológicas poco favorables. Había algo de viento y la lluvia con el frío hacían el sendero algo resbaladizo. Subimos tranquilos, con los bastones en mano y manteniendo un ritmo constante hasta el teleférico (3.555 msnm).

IMG_6665

A partir de aquí subimos sin lluvia los siguientes 163 m que quedaban hasta el pico. Seguimos la senda y zigzagueando llegamos a la cima a las 7:30 de la mañana acompañados de un amanecer único.

IMG_6660

Las sensaciones eran indescriptibles. Estábamos en la cima del Teide, en un cráter de 80 m con olor a azufre y donde hacia un frío intenso . Tras unos minutos por encima de un extraordinario mar de nubes, casi tocando el cielo, empezamos el descenso deshaciendo el camino pedregoso para llegar de nuevo hasta el Teleférico.

ShareImage

A las 9:00 abrieron la Estación de La Rambleta, accedimos a la cabina y en quince minutos llegamos a la estación inferior cercana al parking donde habíamos dejado el vehículo para terminar una aventura digna de repetir.

La naturaleza no es un lujo, sino una necesidad del espíritu humano, tan vital como el agua o el pan”. Edward Abbey.

 

 

Deja un comentario