Etapa 4. Emstrur (Botnar)-Thorsmork (Þórsmörk). Trekking del Landmannalaugar. (Islandia)

Nuestra meta para esta etapa iba ser un recorrido de 18 km hasta llegar a Thorsmork.

El itinerario comenzaba tras el desayuno en el refugio de Emstrur. Desde allí viajamos por hermosos senderos dibujados en una naturaleza fascinante que ha ido esculpiendo paisajes a capricho.

De nuevo aparecían los contrastes de la tierra del hielo y el fuego. La panorámica del glaciar Mýrdalsjökull, el cuarto más grande de Islandia, era indescriptible.

Bajo su superficie en retroceso de 595 kilómetros cuadrados se encuentra el Katla, un volcán mirado con lupa por ser el más explosivo y peligroso de la isla. Ha entrado en erupción en un promedio de una o dos veces por siglo. A las explosiones le siguen caídas de cenizas y avalanchas.

Continuábamos nuestro paseo a pie por sendas herbosas y desérticas. Cruzamos un  pequeño riachuelo por un puente de madera.

Apreciábamos mucho los detalles, como el de alguna planta curiosa capaz de crecer en el terreno más tosco.

Salíamos de nuevo al sendero. El entorno a menudo se mostraba enigmático, una montaña con forma de rinoceronte nos acompañó durante buena parte del camino.

Las estampas, tapices y formas, hacían del lugar un enclave privilegiado, un santuario del trekking.

Nos encontrábamos ya por los alrededores de Emstrur descendiendo hasta el desfiladero del rio Fremri-Emstruá, fruto del deshielo del glaciar Entujokull.

Cruzamos por un puente de madera que une las dos paredes del cañón y tras franquearlo, seguimos el curso del rio por el margen derecho en suave ascenso.

El paisaje cambiaba por momentos, los colores se tornaban color rojizo y verde.  Ahora entiendo por qué la naturaleza crea adición, nuca dejará de sorprendernos.

No podía continuar este post sin hacer referencia al lado más humano de la montaña, y lo hago con esta mano que habla, la mano que nos ayudaba y guiaba, cada día. Además de ser una gran profesional, Leila tenia algo que la hacía especial.

A medida que avanzabamos, el verdor iba cobrando más fuerza. Asomaban los primeros abedules.

Nos acercábamos al río Markafljót, en el valle de Thorsmork. Este río atraviesa la región Þórsmörk y sus aguas provienen sobre todo, de los glaciares Mýrdalsjökull y Eyjafjallajöku.

Estábamos en la recta final de la jornada. Nos internábamos en el corazón del bosque frondoso del dios Thor.

Poco tiempo después, a las siete de la tarde, bajo un cielo encapotado y lluvioso, llegábamos al Refugio Skagfjörðsskáli Langidalur, un oasis de paz y tranquilidad en la desembocadura del valle.

Este albergue cuenta con un amplio hall en la recepción. La cocina y comedor también son espaciosos. En el exterior hay cabañas con baños y duchas.

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