Nepal, un sin fin de matices y gente adorable.

El calor de Nepal nos azotó en pleno mes de marzo, nada más aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Tribhuvan de Kathmandú. Tras tres colas para realizar los trámites del visado y el pago de 50 dólares, conseguimos pasar el control de pasaportes y bajo la mirada atenta de Buda, solventamos el periplo aeroportuario de conseguir llegar a la sala de equipajes y por ende, la salida de la terminal.

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